Las primeras vides encontradas en Mont-Redon se remontan a la época romana. Fueron plantados en la parte inferior de la colina, protegidos del viento Mistral, que dio su nombre a la propiedad Mont-Redon.
A mediados del S. XVIII, cuando el noble Joseph Ignace d’Astier adquirió Mont-Redon, viñedos oficialmente reconocidos en 1344 como parte de los terrenos propiedad del Papa.
Durante cuatro generaciones y a través de los siglos, la familia ha mejorado continuamente su conocimiento vinícola, siempre en busca de una mayor calidad.
Hoy, Château Mont-Redon cuenta con 186 hectáreas en la denominación Châteauneuf-du-Pape, de las cuales 100 están plantadas con vides.
Cuentan con visitas y catas.
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