En marzo de 1927 en la zona de Peñafiel en España y gracias el apego a la tierra de 11 viticultores de la comarca, consiguieron unir los mejores esfuerzos para crear la primera bodega en la Ribera, la “Ribera del Duero”, dando en 1982 nombre a la prestigiosa Denominación de Origen Ribera del Duero.
Ampliando las expectativas de mercado, se inició la construcción de una bodega de crianza en pleno corazón de la montaña que sustenta el Castillo, a lo largo de más de 2 kilómetros de galerías excavadas en la tierra que, a modo de laberinto, sirve para criar los vinos en barricas.
A más de 90 años de su fundación, la tradición familiar se mantiene gracias a 3 nietos de los fundadores.
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