Platillos deliciosos con nombres que dan miedo

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Estos platillos son deliciosos, pero sus nombres sí que dan miedo.

Caldo de oso

No es un tierno oso panda hecho caldo, en México hay dos variantes de este platillo:

Originario del estado de Chihuahua, es un rico concentrado caldo de cabezas de pescado que se cuecen en agua con ajo, cebolla, jitomate, mejorana, tomillo y laurel. El nombre se le dio cuando los trabajadores de la presa de la Boquilla en Camargo, lo comían muy seguido hasta que se hartaron y comenzaron a llamar al caldo de pescado, “caldo odioso”, hoy es un platillo muy apreciado.

En León, Guanajuato, es un preparado servido en un vaso de plástico con jícama picada, vinagre de piña, cebolla picada, sal, chile, limón y queso.

Frijoles con veneno

Estamos seguros que con este platillo no morirás, pues el “veneno” no es algo peligroso. Es un platillo del norte de la República Mexicana, de carne de cerdo en adobo servida sobre una cama o espejo de frijoles molidos refritos.

Oreja de elefante

Seguramente te estas imaginando en un plato, las orejas enormes de Dumbo, pero no es así. Este platillo originario de Guerrero, México, son simplemente enormes milanesas de carne de pollo o res muy semejantes a la forma de las orejas del paquidermo; como guarnición se agregan frijoles refritos, lechuga, papas a la francesa y bastante queso fundido.

Guacamaya

No es un animal exótico que se cocine. Originario de León, Guanajuato, la guacamaya es muy famosa en los puestos de la calle y es una torta con bolillo dorado partido a la mitad, rellena de chicharrón de cerdo (a veces con cueritos también de cerdo) limón, aguacate y salsa pico de gallo.

Pico de gallo

No es el pico de un ave hecha salsa. Es una salsa típica mexicana con trozos de tomate, cebolla, jalapeños y limón; a veces con cilantro y aguacate. En cada zona del país, puede tener su propia variante: con fruta, con chile serrano, chile habanero, sin chile, con xoconostle, etc. Poco se sabe del origen del nombre, pero hay algunas teorías que como la salsa es tan picosa, asemeja a la picadura de un gallo.

Pedos de monja

Un postre originario de Barcelona, que originalmente se llamaban petto di monca (pecho de monja) y por la mala pronunciación se le cambió el nombre. Típicos del estado de Querétaro en México, pero con una reinvención de la receta original: huevo, azúcar, harina, ralladura de limón y cobertura de chocolate.

Niño envuelto

¿Te estas imaginando un niño envuelto, con mucho condimento, servido en un plato listo para comer? No, no es eso, en Argentina es una clásica receta. Rollo de carne, verduras, tocino y algunas especias.

Rabo encendido

¡No te asustes! Este platillo originario de República Dominicana, es un caldo de rabo de res característico por su sabor fuerte y muy picante. Se dice que es un exquisito manjar para los paladares más exigentes.

Leche de tigre

No te preocupes, no dejaremos sin comer a unos pequeños cachorros. La leche de tigre es la salsa que da vida al ceviche peruano. Hoy es un aderezo de intenso sabor y muy refrescante, imprescindible para la elaboración del plato emblemático del Perú, pero también es una bebida que se sirve como aperitivo o tentempié.

Cola de castor

Aunque suena a que te comerás a estos simpáticos roedores, no es así. La cola de castor es un típico postre canadiense también conocido como Beaver Tail, que no es otra cosa que masa de trigo rellena con un sabor de tu elección. Las más comunes son: chocolate, plátano, manzana, galleta, mantequilla de maní y muchas más. Se dice que el sabor de la masa se asemeja a la de nuestros famosos churros.

Da clic en la imagen de abajo para ver las fotos:

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