¿En espera de bebé?, cómo preparar a tu perrhijo

espera de un bebé

Por Kandy Velasco

A pesar de que intentamos como perrhijos estar en sintonía con nuestros papás, pero en la espera de un bebé, sabemos que algo está pasando, pero no entendemos del todo lo qué quiere decir.

Aquí algunos consejos de mi amigo Cesar Millan, “el líder de la manada” para prepararnos cuando llegue el nuevo miembro de la familia:

Liderazgo: Nueve meses es buen tiempo para trabajar y establecerte como líder. Pulir cualquier problema que puedas tener con tu perrhijo.

Romper los hábitos no deseados. Si es necesario, contratar a un profesional para trabajar en conjunto.

Energía: Un embarazo afecta a toda la familia. Puedes sentirte ansioso o preocupado. Recuerda que nosotros nos reflejamos en tus emociones.

Olor del bebé: Cuando el bebé nazca y antes de llegar a casa, lleva un elemento que contenga el aroma del bebé, como un babero, ropa usada, etc.

En este ejercicio es crucial que establezcas límites, invitándonos a olfatear el objeto desde lejos, al hacer esto, nos estas comunicando que es tuyo, después nos darás permiso de olerlo y acercarnos.

Establecer límites donde dormirá el bebé: No permitirnos la entrada al espacio donde dormirá el bebé; nosotros entenderemos que hay una barrera invisible que no podemos pasar sin el permiso de nuestros padres.

Con el tiempo, puedes permitirnos entrar para explorar y oler ciertas cosas en la habitación pero con supervisión, decidiendo cuándo saldremos del espacio.

Repite esta actividad varias veces antes de que llegue el bebé. Esto nos permitirá saber que la habitación pertenece a un líder de la manada y debe ser respetada en todo momento.

Controlar la introducción: Antes de que llegue el bebé, debes llevarnos a un largo paseo, drenar toda nuestra energía, asegúrate de que estemos tranquilos antes de entrar a casa.

Al entrar, sabremos que hay algo nuevo, como anteriormente introdujiste el olor, será algo familiar.

La persona quien nos vaya a presentar con el bebé, debe estar completamente tranquilo y seguro. Debes de darnos permiso de oler desde una distancia respetuosa; en el primer encuentro no acerques mucho al bebé, con el tiempo, nos podremos acercar cada vez más a él. Con esto, nos estas enseñando a respetar al bebé como otro líder de la manada.

Enseña a tu bebé: Cuando tu bebé se encuentra en estado de exploración, es importante supervisar todas las interacciones con nosotros.

Es una gran oportunidad para enseñarle a no molestar y respetar a los seres vivos, por ejemplo, a no tirar de la cola, jalar el pelo, etc.

Hay muchos casos donde niños han provocado sin querer a los peludos, simplemente porque estaban sin supervisión o sus padres no les habían dado la instrucción apropiada.

No te olvides del hermano mayor: Tu perrhijo no necesita juguetes o atención especial para sentirse importante, sólo hay que mantener la rutina, seguir con las caminatas diarias y un consistente liderazgo; esto ayudará a que nos sintamos seguros y relajados sobre el nuevo miembro de la familia.

La raza no tiene nada que ver: No asumas que tu perrhijo reaccionará de cierta manera basado en la raza. Hay casos donde bebés han sido atacados por labradores.

Hay un caso en los Estados Unidos, donde un bebé fue asesinado por un Pomerania, así que la raza o tamaño no tiene relación con la reacción de los peludos.

La clave es el liderazgo y la honestidad contigo mismo: ¿Puedes controlar a tu perrhijo en todo momento, en todas las situaciones?

La seguridad de tu hijo es lo primero: Si después de trabajar con un profesional y por tu cuenta, todavía no eres capaz de ser 100% líder de la manada, entonces deberías pensar seriamente y con responsabilidad encontrarnos un nuevo hogar.

Según un estudio realizado en Finlandia* con 397 niños de entre 9 y 52 semanas, ha dado como conclusión que al convivir con peludos, los niños tienen menos probabilidad de padecer infecciones de oído o problemas respiratorios.

Los gatos también contribuyen, pero en menor medida.

El estudio detalla que los niños con compañeros en casa (perro o gato), tienen un 30% menos de riesgo en problemas respiratorios con respecto a los que no tienen, mientras que problemas de oído, un 50%.

La comparativa se ha realizado incluso con bebés que no han recibido leche materna, que no han sido criados en guardería o que han convivido con padres fumadores o asmáticos. A pesar de ello, se mantiene el beneficio.

Al mejorar el sistema inmunológico ante este tipo de malestares, ello deriva en reducir los tratamientos a base de antibióticos que se aplican en esos casos.

Muy importante destacar que los niños sobre los que se ha basado el estudio están en su primer año de vida, por lo que la referencia de las conclusiones es sobre esta franja de edad.

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